EL PRINCIPE Y EL MENDIGO
Sinopsis de EL PRINCIPE Y EL MENDIGO
Tom Canty es un niño pobre, cuya vida dará un giro completo al acercarse a palacio y cruzarse con el príncipe Eduardo. Gracias a su asombroso parecido físico, ambos podrán intercambiar sus identidades, lo que permitirá al príncipe conocer la vida real, y a Tom, el lujo y la suntuosidad de un mundo radicalmente opuesto al suyo. La historia se desarrolla en Londres, en el siglo XVI, durante el reinado de Enrique VIII. Hasta que consigan regresar a su identidad primera, los dos muchachos pasarán por innumerables peripecias.
Tom Canty es un niño pobre, cuya vida dará un giro completo al acercarse a palacio y cruzarse con el príncipe Eduardo. Gracias a su asombroso parecido físico, ambos podrán intercambiar sus identidades, lo que permitirá al príncipe conocer la vida real, y a Tom, el lujo y la suntuosidad de un mundo radicalmente opuesto al suyo. La historia se desarrolla en Londres, en el siglo XVI, durante el reinado de Enrique VIII. Hasta que consigan regresar a su identidad primera, los dos muchachos pasarán por innumerables peripecias.
Mark Twain
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Opiniones sobre EL PRINCIPE Y EL MENDIGO
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mipedtor
22/03/2022
Tapa blanda
Es una novela juvenil con enormes críticas sociales. Me ha gustado más de lo que esperaba. Es cierto que tiene una dosis de cierta inocencia en el planteamiento, poniendo la figura del príncipe, el príncipe Eduardo (hijo de Enrique VIII de Inglaterra), como un alma angelical que se ha criado en una dogmática disciplina pero de buen corazón. Y a Tom Canty, un pobre mendigo que pese a la violencia de su padre y su abuela, también tiene buen fondo. Es un relato moralista que podría ser tremendamente ñoño. Pero he de reconocer que Twain no se corta en mostrar la maldad humana y ensalzar la esperanza en la buena gente. Habla de injusticias, de rencores y avaricias. Pero también de honor, fidelidad y esperanza. Pese a que suene simplón, tiene suficientes escenas de tensión e inmoralidades que hacen de ella una novela un poco más adulta. A veces puede parecer que Twain legitima la figura del rey o la monarquía. Para nada. Es un personaje principal que emplea para mostrar cómo las leyes pueden ser injustas cuando el que las dicta no es capaz de ponerse en la piel del acusado, entender su situación o aplicar sentencias extremadamente duras, como la pena de muerte. De hecho, Twain al final de la novela denuncia que, aunque las leyes que aparecen en ella son excesivamente duras y crueles (223 delitos acarreaban pena de muerte), las casi coetáneas a su época también implicaban la pena de muerte en catorce delitos. El autor nos invita a reflexionar sobre ello. Por cierto, el libro está lleno de ilustraciones muy chulas de Frank Thayer Merrill. No está nada mal esta novela de Mark Twain.